No es necesario disponer de mucha potencia para su utilización, en función de los aparatos a instalar.
Disponen de un termostato para la regulación de la temperatura.
Los rayos infrarrojos, penetran en los objetos calentando los mismo.
La diferencia con los sistemas tradicionales, radica en que no calentamos el aire. Sin embargo el resto de sistemas, calientan el medio aire que sube hasta el techo y mueve el aire más frio hacia abajo.
Se calientan los objetos y las personas y estos a su vez emiten el calor adquirido de forma natural.
Conseguimos una serie de ventajas:
Reducir los olores.
Ahorro energía respecto a otros sistemas.
No genera polvo, vibraciones o ruidos.
No se nos seca el ambiente.
Fácil instalación con enchufe a la red.
Es fácil de instalar en ambientes exteriores.